UN VERSO EN LA MESILLA
UN VERSO EN LA MESILLA
Dedicado a ... zenyzienta
Llegó con un temblor su luz perdida:
como un surco de carne viva al alba;
Del Sur, era del Sur aquella herida
que teñía de añil la espiga cana.
Dijo adiós el ayer a la mañana,
y una mano de mar cogió la azada
para sembrar palabra, tras palabra,
las huellas del camino a la mirada.
Se apagaron las noches y los días
y llegó su velada despedida,
dejándose algún verso en la mesilla,
promesas en el quicio de los labios
y un licor que macera los recuerdos
con la melancolía.
Se marchó como un buque entre la niebla,
con velas de papel y el viento de un poema,
tallado su espolón por una estrella;
Es del Norte, del Norte quien le guía
con rumbo hacia el amor y la alegría.
Yo sé que volverás en primavera
a ser fruto del árbol del destino,
aquel amor que surca fugitivo
y regresa del aire a la ribera.
Prefiero a mil sonetos una barca
que sepa navegar en el vacío
y al timón tu amistad, en el navío
que alcanza al fin el alma.
M.A.W. Mawey 29-08-05 ®
Dedicado a ... zenyzienta
Llegó con un temblor su luz perdida:
como un surco de carne viva al alba;
Del Sur, era del Sur aquella herida
que teñía de añil la espiga cana.
Dijo adiós el ayer a la mañana,
y una mano de mar cogió la azada
para sembrar palabra, tras palabra,
las huellas del camino a la mirada.
Se apagaron las noches y los días
y llegó su velada despedida,
dejándose algún verso en la mesilla,
promesas en el quicio de los labios
y un licor que macera los recuerdos
con la melancolía.
Se marchó como un buque entre la niebla,
con velas de papel y el viento de un poema,
tallado su espolón por una estrella;
Es del Norte, del Norte quien le guía
con rumbo hacia el amor y la alegría.
Yo sé que volverás en primavera
a ser fruto del árbol del destino,
aquel amor que surca fugitivo
y regresa del aire a la ribera.
Prefiero a mil sonetos una barca
que sepa navegar en el vacío
y al timón tu amistad, en el navío
que alcanza al fin el alma.
M.A.W. Mawey 29-08-05 ®
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